Página:Calzadilla Beldades de mi tiempo.djvu/218

Esta página ha sido corregida
220
LAS BELDADES DE MI TIEMPO

de la mas fea y madurita; porque como decia muy oportunamente mi querido amigo Leon Isaac (a quien llamaban Isaac), a falta de pan buenas son tortas, porque ya se sabe que casamiento y mortaja del cielo baja y es como el comer y el rascar; todo esta en empezar, y cuando la mayor se casa siguen las otras, asi como cuando esto no sucede, se quedan todas para vestir santos, lo que dicen que no es muy divertido. Pero volvamos a los ingleses, que no hay que solitarios a dos tirones, como Vd. dice, y dejemos a los alemanes, porque bien puede ser que mañana salga algún súbdito de esa culta nacion, protostando con lo de designarlos por el titulo de sacaclavos; y eso que yo me guardo bien de nombrar a ninguno, porque me habrira de corregir la ortografia Vd. es tan sumamente galante con mis queridos compatriotas, hasta atribuirles a uno de ellos, Mr. Brittain, (con dos T), el haber introducido la pera de agua! ¡Pero si ahora todas las peras son de agua, señor don Santiago Calzadilla, y esa que Vd. designa es a la que ahora se conoce y es de buen tono dar el nombre en la mesa highlifes, de "Buen cristiano Williams," ¿Quién seria ese bendito que inmortalizo su nombre en una pera? y qué me dice Vd. del que se lo lega a un melon? - Pero volvamos a las peras. Cuando se introdujo la, pera de agua, no se conocia sino la perita parda, arenosa, que se ponia en la carbonada, plato criollo que me gusta mucho. Aquello fué un acontecimiento. Ahora ese "Buen cristiano Williams" ha degenerado: Sus descendientes son raquiticos (lo que no pasa con los ingleses, porque la raza anglo-porteña, es la mas bella, opinion general) y sino que lo digan los retoños de los Tonquisones, Gowiland y tantos otros, sin hacer figurar los frutos del arbol de que yo formo el tronco, porque mi modestia me lo impide y dejo a otros hacer su elogio. Y volviendo a, las peras, diré con Vd., respetando la opinion de Brillant-Savarin — dime como comes y te diré quién eras, le diré que esas, peras de agua me recuerdan algunos de los banquetes del señor don Miguel de Riglos, el gentleman mas cumplido de mi tiempo, y tan cumplido que entonces solo él sabia hacer cortesias y saludar a las damas con una galanteria que demostraba su culto por ellas. Recuerdo que a una de esas comidas lo invito a Sarmiento, entonces joven todavia, y éste que era muy disitraido, se olvido y paso la hora de regla, Y el dueño de casa se deshacia en conjeturas hasta que allá tarde llego Sarmiento, contando que se habia olvi-