don José María Romero, padre del actual coronel don Santiago Romero, y de las hermosas jóvenes Etelvina y Carlota.
Asistiamos con igual devocion a la casa del escribano don Marcos Agrelo; hombre de amena conversación, que vivía en la siguiente cuadra, calle de Tacuarí, frente a la "crucecita de San Juan", cuya lindisima señora doña Monserrate Tejada nos recibia en compañia de sus hijos Emilio, Juan Antonio, Corina y Monserrate, esta última muy chiquilla, que después fué la bellisima esposa del notable hombre de finanzas don Norberto de la Riestra, ministro en varias administraciones. Y permitaseme agregar, pues nadie ha de desmentirme, que la raza de estas dos mujeres se perpetúa en las hijas que se lucen en su tránsito por las calles de esta capital en el momento presente.
En una noche de esas, retirabame como a las 11.30, de la casa de misia Chepta Lavalle de Sáenz Valiente, extensa casa baja, grandes patios, situada calle de Piedras entre Victoria y Potosi, donde habitaba, encerrada con sus dos preciosas hijas, una de las cuales casó después con el joven Ladislao Martinez, ilustre rival en paqueteria de Carlos Urioste, con quien se disputaban el triunfo social, a titulo de buenos mozos.
La familia estaba siempre aoompañada de su sobrina, no linda... pero encantadora, llamada Máxima Zamudio, de quien ya he hablado antes con elogio.
Recibian en el comedor que ocupaba el frente del patio, en vez de hacerlo en la sala, para evitar que de la calle vieran que había visitas. Retirábame, come digo, a la mia, situada en la calle de Méjico; una noche tan obscura como de inolvidable recuerdo, como lo seria para cualquiera en caso igual, cuando al pasar por la esquina de Belgrano,