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SANTIAGO CALZADILLA

do ¿un grande? como ellos dicen sintetizando su oferta.

Pero donde ellos tienen su mejor mercado, su campo más seguro, donde ejercer sin control y con toda eficacia la venta clandestina, es en los trenes de ferrocarril. Hemos visto comprar billetes en los coches a caballeros, a empleados y aun a encargados de perseguir a los vendedores. En un tren de paseo hemos visto a generales y vicealmirantes comprar considerable número de billetes... como por broma! pero es asi en broma como somos embromados por las loterias de la Banda Oriental, que tiene sus establecimientos de Beneficencia copiados, cuando no calcados en los nuestros, perfectamente atendidos, y lujosamente sostenidos, con el produeto de las loterias vendidas en Buenos Aires. ¿Podemos llegar a mas alto punto de ridiculez?

¡Juego prohibido por inmoral!

¡Que zonzera de calibre tan grande!

No se juega en las carreras millones, hasta por miembros del bello sexo?

No se juega en las canchas de pelota por jovencitos imberbes?

No se juega en los clubs hasta deseamisarse?

Lo que hay que preguntar es dónde no se juega, y eso con mil veces més inmoralidad. [1]

¡A qué atribuir este quijotismo que se ha enseñoreado de nuestras autoridades legislativas, ante

  1. A propósito. He aqui un dato fresco y tan fresco que es del domingo 23 de Agosto de 1891. El Diario dando cuenta de las carreras de ese dia dice testualmentez. "Ayer en la espléndida. reunion se vendieron 151.488 boletos o sean 313.376 $ m|n.— ¡Hay crisis!" Hagase el cálculo ahora — La comisión del Club que es de ojo sube a la cantidnd de 31.337.60 centavos — ¿qué dicen de esto nuestros legisladores que prohiben la loteria por moralidad?— 313.376$ de apuestas, al través de la crisis, es cosa verdaderamente edificante.