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LAS BELDADES DE MI TIEMPO

1780 del siglo pasado y la ha venido conservando de sus legitimos herederos. Al presente esa casa patrimonial solo pertenece a Luis Andrade, soldado que fué de Lavalle durante la campaña del año 40 y que trece años después, en 1853, siendo ayudante del jefe de la linea durante el sitio de Lagos, me salvo la vida con ocasión de una salida que hice con la Legion. Referiré el episodio en recuerdo de aquel amigo.

Al realizar la salida, el ayudante Andrade me entregó por orden del general Paz un gran rollo de proclamas para que las arrojara en el campo enemigo, pues eran destinadas a hacer saber la pasada de la Escuadra de Urquiza a la plaza.

Yo coloqué este enorme rollo sobre el pecho entre el uniforme; y gracias a esta circunstancia salvé de los efectos de una bala, que sin el dichoso rollo me hubiera perforado seguramente. Aunque dicen que el morir por la patria es cosa santa, yo creo que debo a Luis Siquiera esta reminiscencia, bien que él ni por asomo tuviera idea del resultado individual y enteramente distinto a que iban a servir las tales proclamas... tan cierto es aquello de que el hombre propone y Dios dispone.

No es por modestia que lo digo, pero refieren las crónicas que una cosa parecida sucedió en Lepanto al autor del Quijote... qué barbaridad!!! Pero sigamos, aunque no escribamos Quijotes, consolandonos con que eso... nadie mas lo ha de hacer tampoco.

Al lado de la mencionada casa estaba la de los Gonzalez Videla, cuna de la preciosa Ventura conocida por la "morita" de Gonzalez Videla, que caso con su primo Julian, del mismo apellido. Vecina a ésta era también la de otro miembro conspicuo de la familia, don Doroteo que falleció el año pasado. Este caballero, muy bien relacionado