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LAS BELDADES DE MI TIEMPO

Suspendamos por un momento mi relación, para una, ampliación.

Complementaré lo,que dice el señor: "Otro que pesca", respecto de la novela El Duque de Kandos, del señor Matthey, con justicia incorporado a la Société des Macanneurs.

Encontrábame en Paris, cuando vi anunciado en el cartel del teatro des Nations, hoy de la Opera Cómica, un drama: El Duque de Kandos, cuya escena pasaba en Buenos Aires.

Fui a la representación...

¡Cuán enormes eran los titulos del autor para incorporarse desde entonces a la Société!

La escena representaba una, casa de la calle de Libertad en Buenos Aires —la protagonista se llamaba Mariquita y el idem Cuchillito.

Por quitame allá esas pajas, aparecia un indio, por igual razón se colaba un tigre en el salón de la casa calle Libertad, en Buenos Aires, el cual tigre era despachurrado por Cuchillito y por el indio, entre los deliquios de Mariquita, que se echaba, aire con tamaño abanico de plumas.

No faltó quien creyese que el autor habia sorprendido a los guardianes del Manicomio, porque parte del público extranjero, argentino y americano, atraido por el anuncio, se desternillaba de risa en las escenas més serias del drama.

Dejando el comentario de esta curiosa ampliación para mis lectoras, especialmente en lo relativo a la ausencia de las sombrillas, al tamaño de los abanicos y a la presencia familiar del tigre en la casa de la calle Libertad, sigo mi relato.

Las señoras de Herrero, una de éstas casada con el coronel Ramirez, daba tertulias mas de confianza sin los pianistas Marradas, ni Espinosa, pero en las cuales todos prestábamos nuestro contingente musical, y nos deleitábamos toda la noche,