Página:Boca de fraile (1897).djvu/12

Esta página ha sido corregida
— 12 —

Paul. Siendo así, ¡qué remedio me queda!

Arc. De modo que me reconoce como un amigo, yo á usted como una amiga...

Paul. Que ni sabe quién es usted, ni de dónde ha salido, ni qué viento le trae.

Arc. El viento, sí; ese que apaga los fósforos. Pero tiene usted dos mil razones. (Levantándose) Arcadio Mondízar Solán, servidor humildísimo... mi profesión, corredor.

Paul. Sí; ya he visto lo que usted corre.

Arc. No; si ahora estoy parado. Solamente ejerzo en invierno. Cuando llega el calor...

Paul. Para usted los pies y suelta la lengua.

Arc. Y tiendo la caña, (Con arranque.) En fin, ¿quiere usted indicarme dónde está la fosforera? Iré yo mismo.

Paul. (Seria.) Haga el favor de continuar aguardando.

Arc. ¡Quieto!

Paul. Hasta aquí he sufrido la chanza; pero si usted se excede...

Arc. Ya me tiene usted atortelado.

Paul. Es que saldrá el Cristo.

Arc. No, señora, no... basta que salga Felipe.

Paul. (Llamando.) ¡Felipe!

ESCENA IV

DICHOS. FELIPE, todavía con el mandil

Fel. ¿Llamaba la señora?

Arc. ¡Sí, hombre, sí! Te llama hace dos horas. Que me des un fósforo. (Felipe saca una caja, enciende un fósforo y le ofrece á Arcadio; éste, sin hacerle caso, le toma la caja.) ¿A ver? (Mirando los dibujos de la caja y mostrándoselos á Paulina.) ¿Usted cree que estas mujeres existen?

Paul. ¡Jesús! ¿que sé yo?

Arc. Jamás me he encontrado con ninguna.

Paul. ¡Ay, qué suerte para ellas!

Arc. (a Felipe.) Bien; déjame la caja. Toma la vacía; para la colección. (Enciende un fósforo y lo arrrima al cigarro.) ¡Esta es más negra!