característico del punto material, es independiente de todo sistema de referencia. También es una magnitud física de esta clase. Una y otra son, pues, invariantes: poseen idénticos valores para cuantos observadores puedan estudiar el fenómeno que se considera, sea cual fuere el estado de movimiento relativo en que se encuentren.
Como además figura en la ecuación únicamente el cambio de por unidad de tiempo (la aceleración), es evidente que nada se altera cuando se suma o resta a una cantidad constante; esto es, si en vez de medir la velocidad con relación a un sistema de ejes fijos, se utiliza otro que se mueva respecto del primero uniformemente. Así, para todos estos sistemas la ecuación fundamental (6,1) es la misma, y, por consiguiente, también lo serán las consecuencias que de ellas se deduzcan; de suerte que el estudio de los fenómenos mecánicos no permite distinguir entre sistemas de referencia de las condiciones indicadas.
Consideremos una máquina cualquiera situada en el interior de un vagón de un tren en movimiento uniforme. Para investigar su funcionamiento, basta en cada instante determinar las posiciones de sus diferentes órganos respecto de un sistema de referencia; las velocidades que figurarán en las ecuaciones dinámicas se obtendrán partiendo de los cambios de estas posiciones por unidad de tiempo. El