B'. CABRERA
ceder de 10 ó 10—10, y realmente la hipótesis de absorción prevé para este caso variaciones completamente despreciables.
Recientemente H. N. Russell ha sometido la hipótesis de la absorción de Majorana, con el valor deducido de sus experimentos para el coeficiente «, al contraste de la observación, calculando los efectos que deben producirse por esta causa en determinados fenómenos astronómicos. Cuando se admite que ¡a absorción no atecta a la masa de inercia, como parece ser el pensamiento de Majorana, sino sólo a la ley de atracción, es menester modificar la tercera ley de Kepler, introduciendo un factor: por él se modifica en 1,04 por 100 el radio medio de la órbita de Júpiter y en 0,63 el de la del asteroide Eros. Además, en la teoría de la Luna la acción perturbatriz del Sol sería triple de lo que prevé la Mecánica celeste clásica, y en la de las mareas se adicionarían nuevas acciones más de ochenta veces superiores a las más grandes que pueden ocurrir según la teoría de Newton. Es notoria la incompatibilidad de estos resultados con la observación, que no admite un coeficiente Superior a una diezmilésima del valor que le asigna Majorana. Y no se gana gran cosa suponiendo que también la masa de inercia cambie por efecto de la absorción, de modo que se conserve la proporcionalidad con la gravitatoria, pues se deducen entonces valores teórjtos para las mareas, cuya discordancia
==] FUNDACIÓN S Sh] JUANELO SÍ TURRIANO
