tan grande, como cuantos se refieren a la teoría de la Luna; los otros de tan brillante éxito, como el descubrimiento de Neptuno, cuya existencia y principales características dinámicas previó Le Verrier para interpretar las perturbaciones inexplicadas del movimiento de Urano, último planeta en su tiempo conocido.
Del alto valor que ha de atribuirse a la teoría de Newton, considerada como una primera aproximación, se puede juzgar fijando la atención en el hecho bien elocuente de que entre todas las perturbaciones denunciadas por la observación, sólo algunas han resistido los esfuerzos dirigidos a lograr su explicación. Sirven de criterio para afirmar este fracaso las diferencias entre la observación y la teoría después de tomar en consideración las acciones perturbatrices de origen cierto, diferencias superiores a la incertidumbre procedente de la precisión de las observaciones.
En este caso se encuentran:
1. Un exceso en. la variación de la longitud del perihelio de Mercurio, que estimó Newcomb puede alcanzar por siglo a 41"2 + 2"1, osea más de veinte veces el error probable. Recientemente Grossmann ha sometido los cálculos de Newcomb a una crítica cuidadosa, y haciendo una más exacta valoración de todas las observaciones, así como la corrección de un error material que se deslizó en los cálculos del
s
FUNDACIÓN
6 Sh] JUANELO SP TURRIANO