ofrece la Naturaleza a dos observadores distintos son perfectamente congruentes, a la manera como lo son dos planos de una misma región levantados por dos topógrafos utilizando dos bases diferentes. Es innegable que esta concepción es la más sencilla que podemos formarnos; pero no se vislumbra ninguna razón lógica que la imponga. Sólo cabe la contrastación experimental de los resultados a que se llegue partiendo de ellas, y ya hemos visto que precisamente por este camino se adquiere la convicción de que sólo en una primera aproximación al conocimiento de los fenómenos naturales cabe conservarla.
Fuera de la ciencia así construida queda un cierto número de experimentos, que al tratar de incluirlos en ella conducen a contradicciones irresolubles. Son pocos, pero el rigor y la seguridad de sus resultados es tal, que pesan tanto como el restante caudal de nuestro conocimiento experimental.
- Ha sido indispensable reconstruir todo el edificio del saber con el fin de que dichos resultados encuentren en él su lugar sin contradecirse mutuamente, y ello ha exigido renunciar a la concepción sencilla representada por el grupo de Galileo. El de Lorentz que le reemplaza supone una métrica del Universo tal, que las duraciones y las distancias pierden su valor absoluto y dependen del observador a que se refieren.
Estas ecúaciones de Lorentz, con la íntima cone FUNDACIÓN
n Sh] JUANELO SH) TURRIANO