presa de redimir las cautivas ciudades de sus antecesores.
Cupo esta mision al capitan don Ignacio Pinuer, natural de Valdivia, i padre o abuelo de aquel oficial del mismo nombre que fué segundo del coronel Sanchez en las campañas de la patria vieja, i mas tarde, cuando desterrado por godo, triste mozo de café en Mendoza.
Era Pinuer un hombre entusiasta, crédulo, valiente, i en su calidad de comisario de indíjenas, vivia desde muchos años en diaria comunicacion no solo con los indios del litoral, sino con los pehuenches que habitan los valles andinos, i con los puelches, que se ramifican en varias tribus, ya hácia las Pampas, ya hácia la Patagonia. Su actual rei llámase (1877) Seu-Hueque, nombre de carnero.
Conocedor desde su mocedad de la tradicion de los Césares, que aun vive en el recuerdo de los valdivianos (1866), el comisario interrogaba cada dia a los mensajeros i caciques de las diversas tribus que con él necesitaban entenderse, i todos, sin vacilar, afirmaban i juraban la existencia de los Césares españoles i aun la de los Césares peruanos o vi-