tres grados más al sud asumia la denominación Coquimpu, i en la medianía de su lonjitud conocida, apellidábanlo sus dispersos moradores Canconicagua.
I esta organización política i social de los aboríjenes, que es estensiva a todas las poblaciones de la América española en la época de la conquista, esplica la fortuna i la rapidez de la última. Si en lugar de míseros caciques, las Indias hubiesen estado repartidas entre feudatarios, como los khans de la Tartaria, los emires árabes, o siquiera como entre los perezosos pero opulentos i obedecidos nababs de la India, mui diverso habria sido el éxito de las armas españolas. La Araucanía, que no es propiamente una nacion unitaria, sino una confederacion militar de tribus aisladas i bárbaras, mas o ménos compacta, es todavía un vivo ejemplo de lo que asentamos.
V
Hemos dicho que el último de los valles setentrionales de nuestro territorio, caminando al sud, tenia el nombre de Canconicagua. Pero éste era solo la designacion local i lugareña de aquel sitio. Su nombre jenérico i esterior, jeográfico i político, era el de Chilli, sin duda por el apellido de algun cacique poderoso que en él tuvo mando i le legó su nombre, como aconteció en la mayor parte