Página:Barreda Cronicas.djvu/80

Esta página no ha sido corregida
— 80 —

ue BO

ras!.., le he ayudado á contar una gran cantidad de onzas, que acaba de recibir de uno de sus corresponsales. Tam- bién le ayudó á guardarlas... ¡Cuánto dinero, Jaime!.. ¡Aquello es una tentación!.. ¿Qué te parece?

¡A quien no le hubiera parecido increíble que aquel joven, tan mimado en los altos centros sociales por la per- fección de sus procederes, se convirtiera en lo que hoy se llama «entregador» en el lenguaje «Junfardo!..»

Marcet pensó unos instantes, para decirle luego:

—Genela no duerme en su tienda, ¿verdad? Se retira temprano. Se me ocurre que, como tiene tanta confianza en ti, podrías pe:irle la llave para una cita con una mujer que no quieres que nadie vea. La mujer podria ser yo. Anda,

Arriaga, ¡pobre iluso!, lo encontró acertado, y fué á ver al tendero; pero éste, después de oirlo, se negó escan- dalizado. ¡Pues no faltaba más!.. ¡Prestar su tienda para... esas cosas! ¡Y que se enterara su mujer!.. ¡y los vecinos!.. En manera alguna...

¡Otro golpe frustrado!

No obstante, las parrandas continuaban, á las que no faltaba, por supuesto, el tocayo de Alzaga, que ya se ha- bia hecho, según él mismo decia, el indispensable. Y tan indispensable que cuando no concurria, las mujeres, indu- cidas por Marcet, lo echaban de menos y había que man- darlo á buscar á «aquel tipo,» que las alegraba con sus salidas de «pie de banco.»

— Querido tocayo—le dijo una noche á Alzaga, á quien ya le cargaba el «galleguito» hasta serle insoportable su pegajosa simpatia, pero que lo disimulaba por consejo de Marcet, —¿por qué usted que tiene tantas relaciones no ve de proporcionarme entre ellas un piano de elance?..»

—Es verdad, hombre, es verdad — exclamó Marcet, aplaudiendo la ocurrencia.—Un piano, pero que sea de «lance,» para que no tenga que gastar mucho nuestro amigo, le vendria como de molde.

—;¡Claro! Lo tendria en la tienda y allí podria aprender otros rigodones para divertirnos mejor.

—Si, pues; tu tocayo no puede continuar con las mis-