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Ruben Dario

lo que cantan los pájaros,
lo que llevan las brisas,
lo que vaga en las nieblas
lo que sueñan las niñas.

***

Una vez sentí el ansia
de una sed infinita.
Dije al hada amorosa:
—Quiero en el alma mía
tener la inspiración honda, profunda,
inmensa: luz, calor, aroma, vida.
Ella me dijo:—¡Ven! con el acento
con que me hablaría un arpa. En él había
un divino idioma de esperanza.
¡Oh sed del ideal!

***

Sobre la cima
de un monte, a media noche,
me mostró las estrellas encendidas.
Era un jardín de oro
con pétalos de llamas que titilan.
Exclamé:—Más...

***
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