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una pérdida grande é irreparable, que celebro mucho no hayan ustedes experimentado.

-Y por qué hacen eso?-preguntó Jengibre.

-¡Por moda!- contestó el viejo Oliveros, dando una patada en el suelo ;-sólo por moda, si sabes lo que esto quiere decir. En mis tiempos no había caballo joven de buena casta, que no tuviese cortada la cola de esta vergonzosa manera, como si la Naturaleza no supiese me jor que el hombre nuestras necesidades y lo que mejor nos sienta.

-Supongo que la misma moda será también lo que les hace obligarnos á levantar la cabeza con esos detestables engalladores con que me torturaban en Londres-dijo Jengibre.

-Por supuesto que sí-contestó Oliveros.En mi concepto la moda es una de las manías más perniciosas que aquejan á la humanidad.

Vean ustedes, por ejemplo, cómo cortan la cola y las orejas á los pobres perros, para hacerlos parecer más vivos y listos. Yo tenía una amiga, inteligente perra de caza, á quien llamaban Estrella, y que me quería tanto, que dormía siempre debajo de mi pesebre. Allí dió á luz cinco hermosos cachorritos, ninguno de los cuales mataron, porque eran de una casta apreciadísima.

Su madre estaba loca con ellos. Cuando abrieron