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Blanco-Belmonte

navega el barco por la mar bravía,
que le relate el capitán un cuento
pide à voces la audaz marinería.

—¿Una historia pedis? ¡Ahí va la mía!—
el negrero exclamó:—Si por mi alarde
de arrojo temerario habéis creído
que, cual valiente soy, valiente he sido......
¡grande fué vuestro error! Yo fuí cobarde.

Yo fuí cobarde, sí, porque yo amaba
con la ternura de la edad primera
à una mujer que infame me engañaba;
y la amaba frenético, la amaba
cual ama á sus cachorros la pantera.

No sé si el adulterio ó mi cariño
le hicieron concebir un tierno niño,
mas sé que entre la madre y el hijuelo
tanta dicha gocé, tanta ventura,