Página:Aventuras de Sherlock Holmes - Tomo I (1909).pdf/47

Esta página no ha sido corregida
45
de Sherlock Holmes

Y, sin embargo, yo no estoy convencido de ello—contesté. —Los casos que salen á luz en los periódicos son, por regla general, bastante raros y vulgares. En los informes de la policía vemos el realismo llevado á sus límites extremos, y no obstante, hay que confesar que los resultados no son fascinadores ni artísticos.

—Para producir un efecto de realidad se necesitan una cierta selección y discreción—obBervó Holmes.—Ambas cosas faltan en los procedimientos de la policía, en los cuales se atiende tal vez más á las tonterías del magistrado, que á los detalles, que para el observador contienen la esencia vital de todo el asunto. Hay que tener siempre en cuenta que en ciertos casos nada es más extraordinario que lo común.

Yo me sonreí y moví la cabeza.

—Comprendo perfectamente que piense usted de esa manera—le dije.—Por supuesto, en su posición de consejero extraoficial y auxiliador de todo aquel que se halla abismado ante un problema, no sólo aquí sino en tres continentes, ha llegado usted á estar en contacto con todo cuanto es extraño y raro. Pero, aquí tiene usted—añadí, alzando del suelo el diario de la mañana—pongámonos á prueba. Leo el primer epígrafe con que tropiezan mis ojos; «Crueldad de un marido para con su esposa.» El asunto ocupa media columna, pero yo, sin leerlo, sé que todo en ella me es perfectamente familiar:

claro está que hay de por medio otra mujer, el