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FERNÁNDEZ DE MORATIN

ni salud ni costumbres corrompidas.
Así la inimitable Lavenana
lo dió à un servidor vuestro en dos pesetas
siendo niña, aun casi doncella y sana
mas ya que la lujuria cortesana
se desenfrenó ansiosa y á porfía,
cada cual por dichoso se tenía
con llamarse algo padre de sus hijos,
después de aquellos lances tan prolijos
que á contarlos el genio me provoca,
mas la Musa me pone dedo en boca
después de esto se tuvo por un héroe
el que logró coger en su entrepierna
cinco meses de verdes purgaciones,
á costa de un gran traje y cien doblones.
Ni ¿por qué callaré las conveniencias
que trae la noche al diestro putañero?
Es la aprensión un enemigo fiero
y no más que aprensión es la hermosura;
no digo que á mujer de ruín figura
escudriñes las tubas falopianas;
mas trueca las hermosas por las sanas;
y de la amiga noche apadrinado,
mayormente si son algo garbosas,
en tu aprensión figúralas hermosas
y serán, si lo piensas, hermosuras,