ocultas se acallaran si el recelo
turbara las seguras posesiones!
Diera yo entonce inútiles lecciones;
mas pues el mundo sigue este sistema,
no hay alguna razón para que tema
el mío establecer. Sin duda alguna
fuera mejor que el mundo me creyese
y su amor cada cual diese á la amada
para siempre en coyunda muy sagrada,
ó en castidad purísima viviese;
¡Castidad! gran virtud que el cielo adora,
virtud de toda especie destructora,
y si los brutos y aves la observaran
comiéramos de viernes todo el año:
pero, ¿por qué abrazar el Himeneo?
Muchos en los demás escarmentados
le aborrecen tenaces, pues templados
no son los hombres, ni templarse pueden
si no quebrantan la naturaleza
con muy duro y con áspero castigo,
que es inhumanidad si no es fiereza,
de la ley natural dogma enemigo
y no puede haber hombre si es humano
que lo deje de ser. Con modos feos
y horrendos, sacia el uno con vil mano
el brutal apetito á sus deseos;
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FERNÁNDEZ DE MORATIN