Página:Arkady Arvechenko - Cuentos (1921).djvu/33

Esta página no ha sido corregida
33
 

—¿Cuánto importan los vidrios rotos?

—Noventa copecks.

—¡Noventa copecks, Micha! En el restaurante Francés nos hubieran cobrado nueve rublos.

El héroe sacó un rublo y se lo tendió al caritedioso y soñoliento individuo.

—¡Tomal Devuélveme diez copecks. Es decir, no me los devuelvas: tráeme otro bock.

Los ojos del héroe se volvieron a mí risueños, triunfales.

II

El veterinario habló en voz queda con su camarada, se levantó, se acercó al mostrador y le preguntó al dueño: —¿Cuánto quiere usted por ese negro?

El indice de su mano derecha señalaba a un negro de barro, de cerca de un metro de tura, que había sobre el mostrador.

—¿Por ese negro? Cuatro rublos.

—¡Cómol ¿Cuatro rublos por esa porquería?

— Fijese en lo bien hecho que está; ¡es un verdadero objeto de arte!

—¡Es un negro de lo más vulgar! Los hay en todas las tabernas. El material no valdrá un rublo.

—¿Y el trabajo? ¿No vale nada?

—Bueno; pongamos un rublo por el trabajo. Le doy a usted dos rublos.

—¡Imposible! ¿Ha visto usted qué ojos, qué pie!

más reluciente?

AVERCHENKO: CUENTOS. —T. I.