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APUNTES

todas veces los reyes parte para desarraigar de su pueblo los miserables usos en que están endurecidos por larga costumbre, ni debieras tener esa por bastante causa para tomar las armas contra mí, que no se hallará haberte hecho injuria; antes, en tiempo en que la fortuna no se os había mostrado tan favorable á ti y á tu hermano, os hice todo buen tratamiento en Fez, y no pedísteis cosa que no os fuese concedida por mi padre y por mí. Quizá fué escrito juicio de Dios, habiendo de venir á este tiempo, en que pudiesen aprovechar los muchos y grandes beneficios que habéis recibido de nuestra casa, los cuales, plegué á Alá sean parte para aplacar tu sana, puesto que resentimiento de mí no debieras tener; que yo te ayudara á ti como á él, si en tales infelicidades te viera.» Mientras esto pasaba en el campo, entrando Buazon en Fez, hubo de combatir las pretensiones injustas de un hermano del rey preso, que juzgaba pertenecerle el trono, alzando en él á Muley-el-Cacerir, hijo y legítimo sucesor; mas con tal condición, que siempre que su padre viviese, volviera á dejarle el reino sin contienda. Hecho esto, apercibieron los de dentro las cosas de la defensa; y recibiendo cartas del xerife, donde decía que si le entregaban á Mequinez, pondría en libertad al rey preso, primero lo resistieron y obligaron al contrario á volverse con el cautivo á su corte; pero al fin vinieron en ello, y entregada aquella plaza, tornó á ocupar Amed-al-Watas el trono de Fez. Mas no fué por mucho tiempo, porque el xerife, así que cobró fuerzas y se apercibió de más soldados y armas, volvió sobre Fez y la tuvo cercada dos años, poniéndola en gran aprieto y carestía, hasta que al fin, por tratos con los ciudadanos, entró una noche