BDELHACQ, último soberano de la dinastía de los Benimerines, murió en Fez á manos de un personaje que se decía xerife ó descendiente del Profeta, el cual se hizo saludar por rey, pero con harta desdicha. Aquí, allá y acullá se levantaron mil cabezas y señoríos diversos, que ora se contenían en los límites de una sola provincia, ora en el recinto estrecho de una ciudad, los cuales hacían la paz ó la guerra sin otra voluntad que la suya, conquistaban las ajenas tierras ó cedían las propias, y no reconocían vasallaje ni en muchas ocasiones pagaban á nadie tributos. De estos que se alzaron por independientes fué Seid-Watas, también de los zenetes y del propio pueblo de los Benimerines, alcaide por ellos de la fortaleza de Arzila; y como allegase bajo sus banderas no escaso número de soldados, sintiéndose poderoso, determinó marchar contra el xerife, y venciéndole ocupar el imperio. No le favoreció á los principios la fortuna, porque de una parte el xerife derrotó su campo junto á Mequinez, y de otra el rey de Portugal, D. Alonso,