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HISTORIA DE MARRUECOS

quedarse solo en el imperio. Fué éste aquel adolescente Muley-Suleiman, hijo también de Sidi-Mohammed, el cual residía en Mequinez, de todos, por sus cortos años, puesto al olvido. Las buenas partes del mozo le granjearon el favor de muchas tribus de amazirgas y bereberes, y, levantando en ellas copioso ejército, se vino contra los hermanos. El único que pudo resistirle fué Muley-Hixem, que se mantuvo por rey en Marruecos, mientras Suleiman se enseñoreaba de Fez, Salé y Tánger, y tomaba el nombre de sultán. Pero al fin Hixem, viendo cuan declarado andaba en favor del hermano el afecto de los naturales, se salió de Marruecos, y, encargando sus hijos al vencedor, se fué á vivir en un santuario, donde á poco dejó la vida. Entonces Muley-Suleiman fué aclamado emir almunenin en todo el Mogreb-alacsa, corriendo á la sazón el año 1795 de nuestra era.

Lo primero que hizo el nuevo príncipe fué ratificar los tratados que había entre Marruecos y otras potencias y celebrarlos nuevos con los Estados Unidos, la Cerdeña y las ciudades anseáticas. Pidió al propio tiempo la paz á España, y á ajustaría fué á Mequinez de los Olivares, donde él residía, el intendente de los reales ejércitos D. Juan Manuel González Salmón, plenipotenciario del rey Carlos IV, que escribió de aquella embajada y viaje una detallada relación, inédita hasta ahora. Sidi-Mohammed-ben-Otoman, primer ministro del nuevo sultán, y el mismo que años antes había sido embajador en España, trató con nuestro plenipotenciario por parte de Marruecos. En su consecuencia, se firmó en 1.° de Marzo de 1799 un tratado entre España y Marruecos, monumento insigne de humanidad por parte