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APUNTES

sul de África, aunque octogenario, tomó, á instancia de los de Cartago, las insignias imperiales. Un senador, llamado Capeliano, que gobernaba á la sazón en Numidia, no prestándose á tal novedad, marchó contra él y lo venció facilísimamente, á pesar de la multitud de sus armados. Herodiano[1] explica lo fácil de esta victoria, diciendo que el ejército de Capeliano se mantenía en aquella frontera para impedir las correrías de los bárbaros vecinos, y que sus soldados llevaban mucha ventaja á los contrarios en lo experimentados y aguerridos, por los combates que diariamente sostenían contra los moros. Tal frontera no podía ser otra que la Mauritania, dado que el historiador griego claramente dice que eran moros los bárbaros que refrenaba el ejército allí acampado. Sin duda los romanos no poseían más que las ciudades marítimas y algunos puntos importantes del interior. De todas suertes, es cierto que no hubo más príncipes soberanos en aquellas partes hasta la invasión de los vándalos, y que en tiempo de Othon, la Mauritania, llamada Tingitana, recibió el nombre de España Transfretana y también Tingitana por su capital Tingis, hoy Tánger, quedando agregada á la provincia Bética y al convento jurídico de Cádiz. Verdad es que luego más tarde tuvo también la España Transfretana convento jurídico propio. Pero en el ínterin las relaciones y tratos, tan escasos antes, de los españoles y mauritanos, debieron ser grandes los años adelante con

  1. Lo mismo en Herodiano en la Historia del Imperio, desde Marco Aurelio en adelante, que en Zósimo y en todos los historiadores de segundo orden de Roma, se hallan otros detalles insignificantes de que no parece necesario hacer mención alguna.