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HISTORIA DE MARRUECOS

Octubre salió á ejecutarlo el brigadier D. José Aramburu, llevando su gente en cuatro columnas de á doce compañías y seis piquetes cada una, á las órdenes de los coroneles conde de Mahoni, D. José Masones, don Juan Pingarrón y D. Basilio de Gante. Ascendía el total de las tropas que mandaba Aramburu á cinco mil hombres, sin contar quinientos presidiarios, á los cuales ofreció un perdón general el gobernador para animarles más á la empresa. Habían ya comenzado los moros sus trincheras, que abandonaron casi sin resistencia al sentir el inopinado ataque de los españoles. Persiguiéronlos estos hasta llegar al Serrallo, una legua distante de Ceuta, donde estaba alojado Alí-Den, y donde también se hallaba Ripperdá, á lo que parece.

Allí se renovó el combate, y gracias al valor de la caballería negra, que á costa de grandes pérdidas hizo frente, pudo salvarse alguna parte de la infantería marroquí, que, bisoña y desorganizada, huía sin concierto. Alí-Den y Ripperdá se salvaron á duras penas, casi desnudo el primero, que tal fué la rapidez y sorpresa del ataque. Algunos buques armados, cañoneando las playas, hicieron mayor aún la confusión de los moros, que huían unos á la parte de Tetuán y otros á la de Tánger. Perdimos sólo en esta dichosa sorpresa cuatro oficiales muertos y catorce soldados, y hasta ciento y cincuenta heridos. La pérdida de los moros se calculó en tres mil hombres, aunque en esto y en el número de los que componían el ejército que se acercó á Ceuta, parece que hay exageración notable. Tomáronse á los moros dos cañones de bronce de grueso calibre y un mortero, que se clavaron y arrojaron á un barranco por no poder conducirlos á la plaza. Fueron, además,