la parte occidental de aquella región. Ello es, de todas suertes, que la monarquía mauritana no fué más desconocida para Roma. Hircio refiere[1] que durante la guerra de África entre pompeyanos y cesarianos, navegó Ceneius Pompeyo hacia las costas de Mauritania por consejo de Catón, y llegando á ellas con treinta bajeles y dos mil hombres, levantados de entre los esclavos fugitivos y los malhechores de la república, invadió los Estados del rey Bogud, que estaba á la parte de César. Pero habiendo peleado con poca fortuna delante de los muros de Ascurum con los moradores de la tierra, fué rota su hueste, y obligado á refugiarse en sus naves. El propio Hircio narra en otra ocasión, que Bogut, ó según otros copistas, Boccus, entró con el cónsul Sitius en los Estados de Juba, rey de Numidia, mientras éste se apartaba de ellos por ir á ayudar á Scipión contra César: que fué poderosa diversión, porque el númida se vio forzado á dejar la empresa, tornando precipitadamente á defender sus tierras. Hállanse también en las reliquias de algunos libros de Tito Livio confusas noticias sobre empresas y peligros de Bogud, y sobre sus tratos con Casio, que mandaba la armada de Pompeyo; pero lo cierto es que, acabadas las guerras civiles, la Mauritania aparece gobernada, como la Numidia, por Juba, hijo de aquel famoso enemigo de César, y por su hijo Tolomeo, aliados ambos de Roma, fundándose, al parecer, el cambio de partido en los favores que uno y otro debieron á Augusto.
En tiempo de este Tolomeo, aconteció el levantamiento y guerras africanas que Tácito tan por menor
- ↑ Auli Hircii: De Bello Hispaniensi.