la cintura dos pistoletes y una gumía turquesca. En el ínterin continuaba el Valid maltratando á sus vasallos, y aun llegó á atropellar indiscretamente á los de su guarda, que eran renegados, y de quien sólo fiaba la seguridad de su persona. Ofendió á unos, quitó la vida á otros, y á todos les negó el corto salario que el servicio real les concedía. Comenzó con esto á divulgarse por el país el rumor que precede de ordinario á las revoluciones, y, si no le negaban ya absolutamente la obediencia, al menos ponían muchos en cuestión si se la debían. No desaprovecharon las tías, como mujeres sagaces, la coyuntura que se les ofrecía, y se determinaron á solicitar la muerte del tirano, para poner en su lugar al sobrino, que ya contaba diez y seis años. Descubrieron su propósito al criado negro que las vigilaba, el cual tenía ya más amor al niño Muley-Xeque, que fidelidad á su tío, y así pudieron valerse de su experiencia y cautela para tentar el ánimo de los renegados que guardaban al rey, prometiéndoles de su parte buenas dádivas, y de parte del rey futuro honores y conveniencias. Hallóse un renegado, muy valeroso y dispuesto á cualquier atrevimiento, llamado Mohamed, hijo de un portugués y de una mujer de Córcega, buenos católicos, que, habiendo muerto en la esclavitud, dejaron aquel hijo pequeño, hecho moro, como tantos otros, por fuerza. A éste envió Muley-Xeque, para que ejecutase la acción, dos pistoletes y su misma gumía; y él buscó para que le ayudasen á otros tres renegados, franceses de nación y mozos de bríos. Un día que Muley Valid mandó llamar á tres asesinos, que tenía dispuestos para acabar de una vez con el sobrino, el paje á quien encomendó esta misión, y que estaba ya ga-
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HISTORIA DE MARRUECOS