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HISTORIA DE MARRUECOS

con esta nueva, y así de Andalucía como de Murcia, y especialmente de Madrid, salió la flor de la nobleza para la Mamora, y «fueron tantos, dice Luis González Dávila, que ninguno se atrevió á quedar en la corte, teniendo por cosa vergonzosa estar en ella cuando las armas de su rey entraban victoriosas en África»[1]. Pero ni merecía la ocupación de una pequeña cala y un fuerte insignificante tanto entusiasmo, ni del que hubo se sacó fruto alguno. Salió el general con la gente de refuerzo al campo varias veces y ahuyentó á los moros, que en poco número se le oponían, porque Muley Cidan, ocupado en otras cosas, no pensó en recobrar lo perdido. Luego la escuadra y los aventureros se volvieron á España, y el fuerte quedó encomendado á una corta guarnición como las demás plazas de África. Dio motivo el año de 1619 para otra expedición, emprendida con el fin de socorrer á Larache, que un cierto Muley Mohamed, levantado contra el Cidan, tenía intención de sitiar, según parece. Encomendóse la escuadra á don Antonio de la Cueva, teniente general de las galeras de España, el cual, no contento con dejar en la plaza los bastimentos y gente que llevaba, atacó y destruyó en el puerto de Arcila dos naves moras de guerra y algunas mercantes; hizo huir á otras y cañoneó las murallas de la ciudad con grande estrago, dando libertad á algunos ingleses que andaban por allí cautivos. Al volver á España tropezó con otro navío moro y lo obligó á embarrancar en la costa, donde lo quemó, poniendo en

  1. Todas estas luchas con los marroquíes las tomo de este autor en la historia de Felipe III.