adquiridas y distribuidas por ellas, decían en un documento digno de recordarse: "Cuando el alborozo público lleve hasta el seno de nuestras familias la nueva de una victoria, podremos decir en la exaltación del entusiasmo: yo armé el brazo de ese valiente que aseguró su gloria y nuestra libertad."
Las reuniones y fiestas públicas comenzaron desde aquel tiempo, con las armonías de los himnos patrios escuchados por la concurrencia puesta en pié y las cabezas descubiertas. El aniversario de Mayo de 1812 fué una especie de palenque noble y pacifico, abierto al mérito y á las virtudes, premiadas ante la muchedumbre para inspirarla una emulación fecunda. Las sumas de dinero que en los años anteriores se habían consagrado á vulgares y dispendiosas diversiones, se aplicaron en 1812 á socorrer las viudas, hermanas é hijas de los soldados muertos al servicio de la causa común, á dotar doncellas pobres y á libertar esclavos. Fomentóse la población; se honraron las letras dando á un afamado literato la comisión oficial de redactar nuestros anales, y se buscaron en Europa sabios y profesores para derramar en el país los conocimientos útiles. Las trabas del comercio se alijeraron, á la enseñanza se le dió ensanche y protección. Un vasto establecimiento "en donde debía formarse el químico, el naturalista, el jéometra etc.," bajo la