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- «De heredado valor, ejemplo nuevo
- demos á nuestros hijos. Muera el flaco
- que no sepa vengar al deudo muerto.»
- Cesa el Tamoyo trovador y en tierra
- cae arrobado en éxtasis. En torno
- de él la tribu se ajita, danza y canta:
- «El cielo es de Tupán, la tierra es nuestra»
La propiedad de estas escenas y su naturalidad saltan á la vista. Aqui no hay imitaciones de los cantos de los bárbaros de uno y otro mundo, poetizados por Chateaubriand en los Mártires y en los Natches. Es una poesía verdaderamente orijinal y americana: sin conocer probablemente la Cautiva, el Sr. Magalhaes, ha empleado en su himno guerrero algunas pinceladas idénticas á las que empleó Echeverría poniendo en boca de un pampa inspirado por el licor la valiente estrofa que sigue:
- Guerra, guerra y esterminio
- al tiránico dominio
- del huinca; -engañosa paz: —
- devore el fuego sus ranchos,
- que en su vientre los caranchos
- ceben el pico voraz.
Hacemos estos paralelos con el objeto de mostrar