fantasia que al hojear las crónicas y leyendas patrias no sienta fraguarse en su cabeza el poema animado de aquellas luchas en que se cruzaba la espada y la macana [1], la bala del mosquete y del arcabuz con la flecha armada del colmillo de un yaguar, del hueso de un yacaré ó del fragmento de un pedernal aguzado á fuerza de paciencia. La inocencia iba desnuda por una parte, sin mas loriga que una musculatura que raza alguna puede mostrar mas consistente, y por otra la estrategia y la disciplina militar se presentaban revestidas del acero de las cotas de malla. Los unos tenian á su servicio el rayo de los cañones; apenas si los otros podian disparar con mal amaño algunos haces de arbustos encendidos en el estremo de sus flechas para destruir las tiendas de campaña que se han convertido en ciudades.
Algunos americanos del habla española, durante el gobierno metropolitano, emprendieron escursiones de mal éxito en ese campo seductor. Saavedra Guzman cantó las hazañas de Hernan Cortés desde su arribo á las costas mejicanas hasta la
- ↑ Esta palabra tan vulgarizada entre nosotros, es una contraccion de la voz quichua vinu macana, cuyo significado esplica asi el P. Holguin en su vocabulario: porra de armas de guerra, como bastón.