Una composición existe también de Balcarce que es una muestra de su talento y una prenda de la utilidad social de sus trabajos literarios para un porvenir á que no pudo alcanzar. Es una canción que puede titularse: el cigarro, modelo de filosofía popular y de sencillez y nobleza de lenguaje á la vez. Un anciano, guerrero en otro tiempo, fuma á la puerta de su rancho y compara las vicisitudes de la vida con las diversas transformaciones á que el fuego condena á su cigarro hasta convertirle en un pucho inútil. Si algo fuese capaz de dar una idea en lengua estranjera á la francesa, del sentimiento melancólico y prácticamente filosófico que hay en el fondo de las canciones de Beranger, es sin disputa esta cancioncita de Balcarce enteramente orijinal y escrita, como se vé claro, para mostrar como se pueden ennoblecer y como son propios para el arte los incidentes de nuestra naturaleza, de nuestra civilización y de nuestras costumbres. Cuando la pintura tenga entre nosotros mas adeptos que hoy, ha de inspirarse alguno de ellos en la siguiente estrofa que por si sola es un cuadro trazado con la pluma:
- En la cresta de una loma,
- Se alza un ombú corpulento,
- Que alumbra el sol cuando asoma
- Y bate si sopla el viento: