de que a su triunfo consagren sus esfuerzos todos los hombres de corazón e inteligencia, sin mas recompensa acaso que el aplauso y simpatía de los buenos.
"El jérmen de este pensamiento se encuentra en varias de mis publicaciones anteriores (véase el programa de la Revista española de ambos mundos y Biblioteca Americana t. 5º pag. 273) y desde que regresé de Europa se agita en mi cabeza. ¿Habrá llegado el momento de realizarlo? Lo ignoro aun; pero de él forma parte la Biblioteca Americana, aunque no me sea posible continuarla inmediatamente; puesto que, prescindiendo de lo que dejo apuntado mas arriba, compromisos contraídos y las atenciones de mi estudio de abogado que no pienso ni quiero cerrar, no me permitirán consagrar al mismo periódico sino una parte de mi tiempo, como tanto; otros letrados que han sido y son á la vez periodistas; ya que por desgracia todavía la vida de escritor público entre nosotros, si bien tiene mas importancia de lo que jeneralmente se crée, no es una profesión que recompense los disgustos y compromisos que ocasiona, ni da al que la ejerce la consideración que merece cuando se desempeña con altura y dignidad."
Esta sencilla exposición convencerá á ustedes que no he renunciado completamente á mis antiguos propósitos, y que la literatura del Río de la Plata tiene en mi todavía un obrero aunque humilde, decidido y perseverante.
En fin, obras son amores, y concluyamos que esta carta ya se va haciendo muy estensa. Voy, pues, á trabajar con doble empeño para llevar á cabo mi idea, que necesariamente exige algún tiempo antes