Página:Anton Chejov - Historia de mi vida - Los campesinos.djvu/394

Esta página ha sido corregida

formada de ignorancia, de pobreza y de toda suerte de prejuicios."

A pesar de la tristeza y la monotonía del medio que describe; a pesar de la nota melancólica que le distingue, Chejov encanta al lector con su manera de pintar los hombres y las cosas. Es un lápiz delicado, finísimo. Sus personajes se graban en la memoria como seres de carne y hueso.

Su talento se reveló, sobre todo, en sus dramas, en los que se afirmó de un modo completamente original, en extremo suyo. El mejor teatro ruso, el "Teatro de Arte", de Moscú, se creó especialmente para sus obras. Sus dramas—como, por ejemplo, Las tres hermanas, Ivanov, El tío Vania, El cerezo—atraen siempre numeroso público en toda Rusia, y las empresas se enriquecen con ellos. Se asemejan algo a los de Ibsen. Como los dramas del gran autor escandinavo, carecen de acción; se buscará en vano en ellos aventuras, acontecimientos, efectismos; son, sobre todo, dramas interiores, choques psicológicos entre el ideal y la triste realidad lo que constituyen el fondo de las obras teatrales de Chejov, y esos choques están dibujados con tanto relieve, de una manera tan penetrante, y una melancolía tan profunda se desprende de sus escenas, que el espectador sale del teatro hondamente conmovido, Chejov es un maestro incontestable en la manera impresionista.