la familia Gromov tuvo que sufrir una serie de terribles pruebas.
Una semana después de los funerales de Sergio, el padre fué arrestado por fraude y malversación de fondos públicos; poco después moría de tifus en el hospital de la prisión. La casa y cuanto contenía se vendió en pública subasta. La viuda Gromov y su hijo Iván se quedaron sin recursos.
Antes de la muerte de su padre, Iván Dimitrievich estaba también estudiando en la Universidad. Su padre le enviaba mensualmente unos 60 ó 70 rublos, que bastaban ampliamente a sus necesidades. Ahora, por primera vez, se encontraba frente a frente con la miseria, y se vio obligado a buscarse un medio cualquiera de ganarse el pan. Desde por la mañana hasta muy entrada la noche corría de aquí para allá dando lecciones, copiando documentos, aceptando cuanto trabajo se le ofrecía. Con todo, estaba casi en la miseria; todo lo que ganaba se lo enviaba a su madre.
Pronto esta vida de sufrimientos quebrantó las fuerzas del joven Iván Dimitrievich: se debilitó, se enflaqueció, y, abandonados los estudios universitarios, volvió a su ciudad natal, al lado de su madre. Allí logró que le nombraran instructor en una escuela primaria, pero no pudo entenderse con sus colegas ni con los alumnos, y tuvo que dimitir al poco tiempo.
Poco después tuvo que enterrar a su madre. Durante seis meses no pudo encontrar ninguna colocación, y estuvo a pan y agua hasta que alcanzó la