172
una línea férrea y compra ventajosamente algunnas propiedades.
El doctor Blagovo está también en el extranjero.
Dubechnia ha vuelto a ser propiedad de la señora Cheprakov, que la compró al ingeniero con un veinte por ciento sobre el precio a que ella se la había vendido.
Moisey, ya convertido en ingeniero, no viste ahora como un campesino: lleva un costoso sombrero, y sus trajes son de última moda. Llega muchas veces, en un cochecillo elegante, a la ciudad y frecuenta la Banca. Se dice que ya ha comprado una propiedad a plazos y se dispone a comprar también Dubechnia.
El desgraciado Iván Cheprakov está completamente desequilibrado. Durante mucho tiempo no hacía nada y vagaba por la ciudad, casi siempre ebrio. Intenté darle trabajo; durante algún tiempo pintó con nosotros tejados, colocó cristales y parecía un obrero de tantos: robaba los colores, pedía humildemente propinas a los clientes y se emborrachaba. Mas pronto dejó el trabajo y volvió a Dubechnia. Luego me contaron que había organizado una conspiración para matar a Moisey y para robar el dinero y las joyas de Cheprakov, su madre.
Mi padre ha envejecido considerablemente, y pasea durante la tarde, ya encorvado, por delante de su casa. Yo no he vuelto a verle.
Prokofy, el hijo adoptivo de Karpovna, cuando