llegado a ser su esposa de usted ha sido un error. Usted mismo lo comprende ¿No es verdad? Es preciso reparar este error lo antes posible, y yo le suplico, mi generoso y noble amigo, le suplico de rodillas me telegrafíe inmediatamente, antes de mi marcha a América, que está usted dispuesto a reparar este error que hemos cometido los dos, para librarme de esa única piedra que pesa sobre mis alas. Mi padre se encargará del resto y me ha prometido no exigir a usted otras formalidades.
"¡Bien pronto seré tan libre como el pájaro ante el cual se extiende todo el espacio! Sea usted dichoso, que Dios le bendiga, y perdóneme el gran pesar que le causo.
"Me encuentro en excelente estado de salud, gasto sin medida, hago muchas tonterías, y a cada instante doy gracias a Dios de no haber tenido hijos: una mala mujer como yo no es digna de tenerlos.
"Canto en los conciertos y soy acogida con entusiasmo. Es mi vocación, mi destino, mi camino, y yo lo sigo. El rey David tenía un anillo con la inscripción: "Todo pasa." Cuando se está triste, estas palabras consuelan; cuando se está alegre, producen melancolía. Yo también me he mandado hacer una sortija parecida, con una inscripción judaica, y ella no me permite extralimitarme ni en las alegrías ni en las tristezas. Sí, todo pasará; la vida misma acabará, ¿por qué entonces atribuir tanta importancia a nuestras pequeñas