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SARA SOLÁ DE CASTELLANOS 431

La rosa altiva que lució orgullosa en la hora feliz de la mañana, guarda de todo lo que la hizo hermosa sólo una sombra deleznable y vana.

Triste rosa marchita que al secarse mueve a pensar con íntima emoción, que como ella también suele quedarse ¡después de un desencanto el corazón!

ELOGIO DE LA VIDA PROVINCIANA

¿Dices que esto te aburre? ¿Que te abruma el tedio de la vida provinciana? Tú no comprendes el encanto de una vida sencilla, sosegada y sana.

¿Quién se cansa de ver este horizonte, el horizonte azul y luminoso, donde levanta su silueta el monte altanero y audaz, bello y airoso?

El cielo que fulgura cuando ardientis el sol imprime sus doradas huellas, donde lucen en noches esplendentes más grandes y brillantes las estrellas.

Y son estas montañas tan hermosas por la luz de la luna dibujadas, o en las noches de sombra, misteriosas, como negras murallas levantadas.

Aquí es puro el ambiente, se respira la brisa de la plácida campiña, aquí en el patio colonial se mira, junto a las rosas, prosperar la viña.