392 ANTOLOGÍA DE LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA
Todo lo tiene su avidez de gloria, aunque no haya ni fe ni devoción, todo se inicia en sones de victoria usando de estandarte el corazón.
Divina juventud, préstame galas, para poner en la experiencia mía, el palpitar de toda tu alegría, prendida a mi dolor como dos alas.
Tu (A modo del sublime Nervo) .
Tú en la luz que me anuncia el nuevo día tú en las horas de tregua y de labor,
tú en la serena paz, en la alegría
y en el canto del dulce ruiseñor.
Tú en la flor que se esconde entre las ramas y la descubre su divina esencia,
tú en la lumbre rojiza de las llamas
que incendia el corazón tras de la ausencia.
Tú en la brisa de tardes perfumadas, y en el acento de mi propia voz,
tú en las noches serenas y calladas, tú estás en mí, como en el cielo Dios.
MAESTRA
Por “aquellos”, por “éstos”, por los “otros”, los que se han ido para no volver;
los que vendrán mañana hacia nosotros
en busca de algo nuevo que aprender.
