AMALIA PREBISCH DE PIOSSEK
¡Ay, si al bailar, la pollera en cada vuelta ondeaba! ¡Ay si llegando el saludo la dama cogía su falda! ¡Entre locura de espumas entre un oleaje de randas, mostraba el pie diminuto la randera tucumana!
¡Se va la randera joven, morocha, sagaz y guapa! Los viejos de ella se acuerdan, y Amor retoza en sus almas... Los años mozos reviven, y el cuento siempre así acaba: K ¡era tan linda, tan linda la randera tucumana!”
Naranjo con fruta de oro, cedrones de copa blanca, “dama de noche” silvestre y rubia flor de la caña; tardes calientes de estío, limpida y tibia alborada, ¡llorad, que se va muriendo la randera tucumana!
MISS DAISY
Miss Daisy, madre, la de verdes ojos,
delgadas manos y lozana faz, es tan alegre, que curiosamente le dije ayer: Vos no sabréis llorar...
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