264 ANTOLOGÍA DE LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA
¡Tan fiel a tu presencia!, el recuerdo tenía
tu inconsciente poder de burlas mi alegría.
Por eso, aunque segura de la dicha apresada
en una carcajada debí errar mi tristeza.
¿Su eco fué el que después de encontrar tu sorpresa halló mi soledad en la alcoba cerrada?
COMO TU
¿Quieres que lo repita? Que sí, te quise mucho. Tanto... ¿pero te importa saber cuánto te quise? Baste mi aserto a tu temor, que dice:
“soy oídos tan sólo, y bien despierto escucho”.
Mi cariño no tuvo ni límite ni tasa;
teniendo gran cabida en un ser tan pequeño,
si fué mezquino, era al mirarte risueño,
ya que el ponerte triste, ¿no fué tu hábil coraza?
Perdona amigo mío, ¿tu vanidad he herido? ¿Ansiaba más alardes de dramática pena? Es la angustia tan honda cuanto sabia y serena.
¿Crees, porque a mi llanto lo he encauzado batido que es menor mi tristeza, mezquina mi congoja? Amigo: el llanto arruina las pestañas que moja.