222 ANTOLOGÍA DE LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA
Mil veces en un rincón Pedí a mi amiga invisible Me diera su inspiración Por calmar, en lo posible, Los dolores de un chichón.
Entre la risa y el lloro
Paso la vida animosa.
El término medio ignoro: Soy gusano o mariposa,
O enmudezco o soy un loro.
Por eso no es de admirar que mi don de poetisa
Lo reparta entre “El Hogar” Y un diario de Villa Elisa Que hoy comienza a circular.
Mi fisico vale poco,
(Por no decir que es muy fiero); Y ya veis si me equivoco, Cuando nunca ha habido un loco Que me haya dicho: ¡Te quiero!
Más petiza que espigada. Más narigona que ñata... En fin, de una pincelada, Tenéis aquí retratada
A esta humildísima “vata”.
PARA EL AMOR NO HAY CONSEJOS... (Semidiálogo representable) ¡Usted por mi casa,
mi amigo don Pío!... ¡Dichosos los ojos!...