MARÍA ALICIA DOMINGUEZ 189
de agosto de 1929 una interesante conferencia sobre ética literaria que mereció unánimes elogios por la valentía de sus juicios. La presentación de la disertante estuvo a cargo de la doctora María Velasco y Arias.
Colabora en “Nosotros”, “Caras y Caretas” y “El Hogar” y desem- peña además un cargo de responsabilidad en la redacción de “El Diario Español”.
POEMA DE LA CRUZ DE PIEDRA (Inédito)
Era amparo de brazos abiertos contra el cielo
la inmensa Cruz de piedra sobre el campo de trigo: y la amplia suma rubia de las olas de espigas
y el eco-—rocas y agua-—voz lejana del río
y la luz refulgente oro y azul traían
a su aridez las notas del gran concierto rico.
Ella, en su desamparo y en su helada apariencia entre las voces fuertes de la Vida egoísta frente a aquel sucederse de violencias hermosas aunque perecederas, era la única vida...
Brotó una enredadera que fué atreviendo guías retorcidas y jóvenes, lentamente, lo mismo
que el que marcha despacio con los ojos cerrados porque lleva en la mente delineado el camino. ¡Apretada en el múltiple palpitar de la vida
que urgía una esperanza por cada brote vivo
la frialdad rebelde de la piedra vibraba
con la fuerza salvaje de la tierra, al unísono!
Y una túnica ardiente de ensangrentadas flores —corazones balsámicos de un escarlata vivido— se levantó lo mismo que una bandera abierta sobre el oro triunfante de los campos de trigo.