MATILDE DELPODIO
y es tu cinta clara, como un caminito hacia la esperanza...
Mirando tus ondas,
—escamas de plata
que hasta lo infinito
brillan y se alargan—
soñando en las cosas que viste en el viaje, ¡mis ojos se agrandan!...
Agua, agúita clara como una mañana, ¡cuántas veces miro el interminable correr de tus aguas, soñando en las cosas que nunca se alcanza!
CORAZON... CORAZON... (Inédito)
Corazón: estoy cansada;
por esta senda que hasta ayer fué buena, no sé, cobarde, llevar el fardo de esta pena. ¡y arrastrarla callada!...
Corazón, si no lates
con el mismo latido que te hacia vibrar, corazón, si no sueñas, si has dejado de amar. ¿para qué me engañaste?
Mi boca, sabia en risa,
hoy se pliega en un gesto hosco y triste:
por todo lo que fué, por lo que ya no existe, ¡por lo que sólo queda, un poco de ceniza!
187