Página:Antologia Poesia Femenina Argentina.djvu/166

Esta página no ha sido corregida

166 ANTOLOGÍA DE LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA

Eso haría, ¿sabes? Y ahora pregunto: ¿Por qué si lo claro me cuadra tan mal, la vida me vuelve blancos los cabellos? Observa esta rueca, ¿ves aquel telar? Con ellos labora Dolor blanca tela

que en el agua amarga de su manantial deben cada día lavarla mis ojos

para que más blanca sea, mucho más.

Y para vestido mío es esa tela,

y para vestido de fiesta, verás.

Cuando en aquel día con él me engalane si mal me encuadrare nadie lo dirá; antes, vendrán todos a ofrecerme rosas, ¡rosas! rosas blancas, símbolo de paz. De ese bien que en vano mendigué en la vida y que en vida nadie me lo quiso dar.

VIRGENCITA

Virgencita, no hace mucho que viajando una mañana de tu gruta milagrosa los prodigios una Hermana refirióme y, conmovida por mi mal, me dijo así:

“Ve a la Virgen que los ojos te dará si se los pides”; Virgencita, Tú lo sabes y te ruego no lo olvides:

fué por miedo del milagro si a tu gruta no acudí.

Tuve miedo del milagro que mi fe me prometía,

sí, temí trocar las sombras por la clara luz del día. Tuve miendo, Virgencita, Tú bien sabes el por qué. Si a la gruta milagrosa donde vista hallan los ciegos voy un día, Virgencita, no me escuches si en mis ruegos otros ojos te pidiere que los ojos de la fe.