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154 ANTOLOGÍA DE LA POESÍA FEMENINA ARGENTINA
Que guardara mi verso alma sencilla ¡que su humildad y mi humildad sean una! —Prefiero al buen Dios Sol que tanto brilla el prodigio de nácar de la luna.
HOMBRE MIO
Lánguida noche, cálida noche
en la mitad exacta del verano. Noche para tenderse sobre el lecho y problematizar la vida en vano.
Hombre mío, hecho a mi amor cansado, busca en la transparencia de mi pecho tu bálsamo.
Hubo una noche así, como ésta, pero hace años.
Todavía la inocencia
se me caía de las manos.
Hoy la verdad es otra... hombre mío, te amo. Nutrí refinamientos
con mi cansancio.
Hoy la verdad es otra.
Pero te amo.
¡Qué lánguida la noche
bajo el cálido aliento de los astros!