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MARÍA LUISA CARNELLI 151
Cielo alto y puro,
tenue nubecita que se deshace, angustia valedera
de la timida hoja que cae.
Sombras de atardecer sobre las horas vacilantes, voces otoñales y ausentes para los sueños inestables.
Oro de la tarde que ya muere, oro de la tarde.
Mi corazón tendido
sobre el oro triste que cae.
EL HIJO
Nació bajo el signo divino y trágico y será poeta por predestinación. Lo sueño
desde que mi entraña fructificada recibió el consuelo de Dios,
Bajo el peso violento de mi deseo se doblegó la flor,
la delicada flor,
y en vez de hija, hijo,
hijo por voluntad mía,
hijo varón.
Futuro impulso,
futura fuerza, cerebro, músculo, vigor.