Página:Antigona - Roberto J Payro.pdf/81

Esta página ha sido validada
— 81 —

un ser bastante bajo para ofrecerte. dinero á cambio de tu amor! Verdad es que no conoces el mundo, que no sabes que bajo muchos de esos trajes resplandecientes que pasean esos jóvenes llenos de orgullo, se esconden corazones viles, tan viles que creen que la pureza es una farsa, el amor una mentira, el pudor una estupidez.

Un instante mas tarde, Lindoro salia del teatro. Sus ideas habian tomado otro rumbo. Pasó delante de sus amigos, saludólos con la mano y prosiguió camino. Queria estar solo.

— Armando se vá al Rosario, pensaba. ¿Qué irá á hacer allí? A mi no me engaña. Dice que vá á ponerse al frente de un periódico. ¡Que lo crea quien quiera, lo que es yo!...

Luego apresuró el paso para llegar pronto á su casa. La noche estaba fria y Lindoro temblaba bajo su abrigo. Cerca de él pasó un coche, con esa lentitud comun á los vehículos de alquiler que van desocupados.

— Carruaje, niño? preguntó el cochero al pasar, como de costumbre, volviendo hácia él la cabeza.

Lindoro se detuvo.