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salvadora y terrible á la vez. Él, pensando en la venganza, habia olvidado que hay una justicia; no habia visto mas que la muerte de su enemigo donde existia tambien la pérdida de su libertad; no habia comprendido que al labrar la desdicha de Manuela, labraba tambien la suya. ¿Qué era lo que le esperaba? La cárcel; es decir, su separacion eterna del mundo, la imposibilidad de volver á ver á la jóven. Alevosia — Premeditacion. Estas dos palabras se presentaban á su vista. El amor que impele á cometer un crímen de esa naturaleza, es indigno...

Pero ¿no era un crímen, un crímen inmenso y sin castigo, cosa que lo hace mayor aun, robar la felicidad de un hombre, matar su alma y conservarle, sin embargo, la existencia?

Esta idea tomó cuerpo, creció, se agrandó, se hizo infinita...

La sangre se habia agolpado á su cabeza y sus sienes golpeaban, mientras una sonrisa plegaba sus labios.

— La justicia humana! murmuró con sarcasmo.

La gente del grupo se arremolinó. Los novios iban á salir...

Una nube pasó por, la vista de Armando.