la vergüenza de una falta que ese xcusable en cierto modo. Yo sé que Manuela le ama, por mas que trate de ocultarlo hasta á ella misma. El tiempo lo cambia todo, y Vd. ha de ser feliz á su lado algun dia. Ahora permita Vd. que me vaya. Tengo que trabajar.
Y Dolores salió, dejando á Ernesto completamente asombrado.
En ese intermedio, Armando habia llegado a casa de Manuela.
Lo llevaba el deseo de descubrir á la niña sus intenciones, que habian estado ocultas tanto tiempo.
La casualidad le protejió.
Don Miguel no estába con ella; así pues esa entrevista no tenia testigos
Despues de saludar á Manuela, Hazlo-todo permaneció un instante en silencio.
Tomaba distancia para dar el salto, como el tigre que se arroja sobre su presa.
— Señorita, dijo por fin, con voz clara y vibrante. Quiero hacerle una revelacion.
— Una revelacion? A mí? preguntó ella con extrañeza.